Atípico septiembre.
No, Mi intención no era lastimarte: Fue salvarte de una espiral sin centroide definido En la cual sólo dábamos vueltas sinrazón. Así como erigimos nuestra pequeña muralla, Y desde el torreón veíamos el horizonte; Los intereses de la mora del conformismo aumentaron, Trayendo nuestro esfuerzo a tierra. No hubo muertos, espero. Heridos, siempre habrá. No puedes alegar inconstancia Cuando el libido se fue por la mañana. Siempre existirá el papel en blanco Con el aliento de madrugada a flor de piel Espetando las razones por las cuales esperaba verte Entre mis sábanas en las mañanas, Más no quisiste; Convertiste nuestro andar en una rutina A sabiendas que mi espíritu anhelaba El viento del norte Para moverme de lugar. Ahora, Siento al viento Indicarme un nuevo paraje para descubrirme, Perdóname si entre tu receta de la pasta En la que nos convertimos Aparecía