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Mostrando entradas de abril, 2016

11416, un poema más de abril. Donald Urizar.

Mientras más versos le dedicas, y construyes las cariátides removiendo tu pasado, Mientras más ansías sentir el idilio pulcro del amor plasmado por los grandes pensadores; Mientras firmas un pacto de fe para saltar al mismo infierno y sentir las brasas carcomiéndote el ser, Los minutos finitos de existencia, te recuerdan que, detrás de aquella puerta semiabierta, La quimera del mal llamado verbo amor disecó la génesis creada en la servilleta de la mesa donde desayunamos, En mi lienzo, que se convirtió tu piel dejé mis últimos esbozos de entrega a la espera tu arrullo Más optaste por cubrir mis versos diluidos por tu cuello a la espera de un mejor postor. 11416   Donald Urízar-Miranda .

¿Qué celebramos el #25A?

El 2015 marcó la vida de nosotros, los "millenials" guatemaltecos, jóvenes de cabeceras departamentales, apáticos hacia la participación política y desvinculados de las organizaciones sociales de antaño, quiénes - como hijos de nuestro tiempo - aprovechamos el único medio que teníamos a nuestro alcance: facebook y twitter para manifestar nuestro repudio a una clase política desvinculada de las necesidades sentidas en el país. Esta era nuestra lucha, nuestro terreno, nuestra cancha... Escribo desde Xela, ciudad caracterizada por su distanciamiento de las prácticas políticas, culturales y sociales del resto de Guatemala como rezago de su otrora independencia de la Capitanía General de Guatemala y su  fugaz conformación como el Estado de Los Altos. Este dato histórico vigente en el imaginario colectivo marcó la hoja de ruta de los movimientos emergentes quetzaltecos, aunque la carencia de una ideología y un horizonte definido de cómo canalizar el desconten

Una crónica a un año del 16 de abril.

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Hace un año preciso renació la rabia, explotaron los silencios y tembló la tierra, aquella que silente soportó durante años la expropiación y el saqueo de nuestro territorio. Decidí dejar a un lado el miedo, comencé a replicar el mensaje generado desde la ciudad de Guatemala y comenzamos, junto a Tony, Tono y Alejo a agitar la ola de indignación que nos llevó a inundar el Parque a Centroamérica en Quetzaltenango el 25 de abril. Nunca me sentí como el ideólogo en un movimiento horizontal que logró unificar a esta sociedad fragmentada desde sus inicios, era una voz más que salía cada sábado - después del diplomado que cursaba en ese entonces -  con la ilusión de utilizar las cartulinas, las hojas de papel, marcadores y un poco de creatividad para expresar mi descontento al sistema político que nos dejó la guerra. Considero que mi mejor aporte al movimiento consistió en documentar las reacciones de la gente. María Elena Marroquín, mi camarada en muchos proyectos culturales